Beber agua podría favorecer el riesgo de autismo

Este estudio es sorprendente: beber agua con una alta concentración de litio podría aumentar el riesgo de autismo. Sin embargo, hay una trampa.

No hay nada mejor que saciar la sed con un vaso de agua fría. Tenemos el privilegio de tener agua potable limpia. Hay numerosas partículas, los llamados minerales, en el agua del grifo. El agua del grifo se potabiliza, y se considera saludable.

El litio es un metal ligero que también se encuentra en el agua potable. Hasta ahora, este oligoelemento se consideraba inofensivo. Un nuevo estudio danés-estadounidense de la Yale School of Public Health desafía este conocimiento. ¿Son los iones de litio más peligrosos de lo que creemos?

Litio podría aumentar el riesgo de autismo

Los investigadores examinaron la relación entre el riesgo de autismo de un niño y el contenido de litio del agua en el vecindario de los padres. Para ello, los científicos examinaron los datos de 8.842 niños con autismo. Para ello, utilizaron el lugar de residencia de las madres, y lo relacionaron con el contenido de litio del agua potable de allí. Luego compararon los datos con un grupo de control de niños que no tenían autismo.

Los epidemiólogos daneses ya han establecido una correlación entre el litio del agua potable y el riesgo de demencia en el pasado. En un segundo paso, el objetivo era examinar el efecto del litio sobre el riesgo prenatal de autismo, como explicó el líder del estudio, Zeyan Liews.

Mayor riesgo de autismo

Y, de hecho: los científicos llegan a la conclusión de que el riesgo de que un niño nazca autista puede depender del contenido de litio del agua. Cuanto mayor sea este contenido en el agua que bebe la madre, mayor será el riesgo de que un niño nazca con el trastorno del espectro autista.

Los niños con autismo suelen tener expresiones faciales reducidas, y tienen dificultad para comprender o mostrar emociones. El estudio contiene cierta explosividad. Porque, las sales de litio, se han considerado durante mucho tiempo el agente terapéutico para el autismo y la demencia.

Sin embargo, hay una trampa. Los investigadores admiten que no saben si los individuos de prueba realmente bebieron el agua potable o solo la usaron para cocinar. Los alimentos en sí también contienen litio, y pueden distorsionar los resultados. El contenido de litio también varió mucho de una región a otra.

Los resultados son correlaciones, y no relaciones causales. Como señalan los propios autores, se necesita más investigación sobre este tema.