Kanner no establece un vínculo causal entre los rasgos de los padres y el autismo de los niños. Más bien, se inclina hacia una causa biológica del autismo.
A menudo escuchamos hablar del “autismo de Kanner” para designar una forma de autismo severo (o llamado severo). ¿Es esto realmente el autismo de Kanner? ¿Fue Kanner el primero en describir el autismo? ¿Estableció Kanner un vínculo entre el comportamiento de los padres y el autismo de sus hijos? Vamos a deconstruir ciertas ideas recibidas sobre su trabajo. Qué es el autismo de Kanner.
Se dice de Leo Kanner que fue el primero, en 1943, en describir el cuadro clínico del autismo. De hecho, ya en 1925, la psiquiatra Grounia Sukhareva describió niños con las características del autismo, mucho antes que Kanner y Asperger. Su trabajo es muy poco conocido fuera de Rusia, y algunos investigadores ahora están tratando de descubrir su importante contribución a los orígenes del autismo.
El autismo de Kanner: Leo Kanner y la anti eugenesia
Cuando se publicó su artículo en 1943, las ideas y prácticas eugenésicas estaban en auge.
En Alemania, bajo el Tercer Reich, los niños discapacitados fueron sacrificados y los adultos esterilizados. Desafortunadamente, este no es el único país afectado. En Estados Unidos, la esterilización de personas con discapacidad intelectual es legal y la eutanasia de niños fue tema de debate. Sí, contrariamente a lo que pudiera imaginarse, los psiquiatras de estos dos países compartían, en su momento, ideas similares.
Así, en el American Journal of Psychiatry, en 1942, el neurólogo Kennedy abogada por la eutanasia de aquellos a los que calificaba como “errores de la naturaleza”. Explica que estos niños son una carga para la sociedad y para ellos mismos. La eutanasia sería, por tanto, un acto de compasión destinado a liberarlos.
Quien toma la pluma para refutar el argumento de Kennedy no es otro que Leo Kanner. Argumenta que el valor de una persona en la sociedad no puede determinarse por su coeficiente intelectual, y que las personas consideradas “débiles de espíritu” juegan un papel importante en la economía estadounidense. Por ejemplo: para pelar patatas, cavar zanjas o recoger la basura.
La última palabra la tendrá un columnista anónimo, quien da la razón a Kennedy y argumenta que el apego de los padres a estos niños es “morboso” y debe ser objeto de atención psiquiátrica.
El autismo infantil según Leo Kanner
En su artículo de 1943, Kanner describió once casos de autismo infantil. A diferencia del autismo presentado por Asperger, los niños tienen perfiles muy heterogéneos, particularmente en términos de lenguaje y habilidades cognitivas: es esta heterogeneidad la que ya sugiere la idea de un espectro autista. Hablar de “autismo de Kanner” para designar una denominada forma grave de autismo es, por tanto, una interpretación errónea.
Los dos principales signos de autismo descritos son:
- aislamiento,
- la necesidad de inmutabilidad.
Leo Kanner dice de estos niños que tienen “buena inteligencia”, pero que las pruebas de medición existentes no son accesibles y no dan cuenta de sus habilidades cognitivas.
También señala que los padres de estos niños son fríos e intelectuales.
Kanner, sin embargo, no establece un vínculo causal entre los rasgos de los padres y el autismo de los niños. Más bien, se inclina hacia una causa biológica del autismo. Al final de su artículo, dice lo siguiente:
“Otro hecho se destaca de manera cruda. En todo el grupo, muy pocos son los padres y madres realmente cálidos. En la mayoría de los casos, los padres, abuelos y colaterales son personas muy preocupadas por cosas abstractas, ya sean científicas, literarias o artísticas, y limitadas en su genuino interés por las personas. (…) Surge la pregunta de si, o en qué medida, este hecho contribuyó a la condición del niño. El retraimiento extremo de estos niños desde el principio de sus vidas hace difícil atribuir todo este cuadro exclusivamente al tipo de relaciones parentales tempranas de nuestros pacientes.
Por tanto, debemos suponer que estos niños nacen con una incapacidad innata para establecer el contacto afectivo habitual con las personas, biológicamente intencionado, al igual que otros niños nacen con discapacidades físicas o intelectuales”.
En resumen: Leo Kanner no responsabiliza a los padres por el autismo de sus hijos, y plantea claramente una causa innata del autismo.
La historia le dará la razón, ya que ahora sabemos que hay dos categorías principales de causas del autismo:
- genéticas,
- ambientales.
¡El papel de la herencia es muy importante en el autismo y podemos suponer que los padres descritos por Kanner también son autistas!
A menudo escuchamos que Kanner responsabiliza a los padres por el autismo de sus hijos. Pero parece que esta es otra mala interpretación. Podemos ver claramente en su artículo original que este no es el caso, y él apoyará esta posición a lo largo de su carrera.
Por ejemplo, en un artículo publicado en 1965, afirma que no está de acuerdo con “una tendencia en este país a percibir el autismo como una anomalía del desarrollo debida exclusivamente a factores emocionales maternos”. Tomó una posición clara en contra de la teoría de Bettelheim, y en la primera reunión de la National Society for Autistic Children en 1969 dijo: “Desde la primera hasta la última publicación, presenté esta condición como ‘innata’, pero como he descrito ciertas características de los padres, muchas veces mis palabras han sido tergiversadas, haciéndome decir que ‘es culpa de los padres’”.
El autismo de Kanner y las clasificaciones
El trabajo de Kanner ha provocado mucho debate dentro de la comunidad científica. Algunos consideraban que el autismo era una manifestación temprana de la esquizofrenia. Es por ello que en el DSM-II se clasificó el autismo como una psicosis infantil dentro de las esquizofrenias infantiles. No fue hasta el DSM-III (1980) que el “autismo infantil” se convirtió en una categoría por derecho propio, distinta de la esquizofrenia: casi cuarenta años desde el artículo de Leo Kanner. Cuarenta años para que el autismo sea reconocido y encuentre su lugar en las clasificaciones.
Esta breve perspectiva histórica nos ayuda a entender de dónde viene la confusión entre autismo y esquizofrenia, y especialmente a hacer un balance de la contribución de Kanner al reconocimiento del autismo.
Bibliografía:
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Sher, D. A., & Gibson, J. L. (2021). Pioneering, prodigious and perspicacious :
Grunya Efimovna Sukhareva’s life and contribution to conceptualising autism and schizophrenia. European Child & Adolescent Psychiatry. https://doi.org/10.1007/s00787-021-01875-7
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