Nueva herramienta de estratificación para el autismo
El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado, entre otras cosas, por dificultades en la comunicación social, la interacción y los comportamientos estereotipados. La amplia heterogeneidad de las personas autistas pone de manifiesto la necesidad de contar con métodos valiosos de estratificación de pacientes. La medición de la actividad cerebral podría ser útil para estratificar el fenotipo autista particular.
Estratificar el fenotipo autista
En un artículo reciente (Science 2022; DOI: 10.11267scitranslmed.abf8987), se investigaron las respuestas neuronales o la actividad cerebral a las imágenes de caras como posible factor de estratificación en el TEA. Para investigar este enfoque, se incluyeron 436 niños y adultos con y sin TEA.
La velocidad de las respuestas cerebrales a cada cara en las primeras etapas (latencia N170, aproximadamente 170 milisegundos después de la aparición de cada cara) fue, de media, más prolongada en el TEA que en los controles emparejados por edad. Los autores explican que estas diferencias pueden estar relacionadas con la alteración de la actividad relacionada con el trastorno autista en determinadas regiones sociales del cerebro y con rasgos genéticos.
Dentro del grupo de TEA, la latencia del N170 demostró ser un factor predictivo de los cambios en las habilidades de socialización adaptativa durante un período de seguimiento de 18 meses. La latencia cerebral inicial hasta la línea de base fue capaz de predecir los cambios en las habilidades sociales a lo largo del tiempo. Los autores del estudio concluyen que las predicciones basadas en el cambio de la latencia de N170 podrían utilizarse para iniciar estrategias e intervenciones de apoyo adaptadas.
La agrupación posterior de los datos reveló tres subgrupos de TEA con respuestas cerebrales más lentas y mal pronóstico social. Los resultados sugieren que la incorporación de la latencia N170 para la estratificación del TEA puede facilitar la orientación de las intervenciones centradas en el paciente para el TEA.
Mejorar la calidad de vida de las personas autistas
“Nuestros hallazgos podrían utilizarse, en última instancia, para hacer más eficaz el apoyo y mejorar el bienestar mental y la calidad de vida de las personas autistas”, afirma la autora principal del estudio, Emily Jones, del Departamento de Neurodesarrollo Traslacional de la Universidad Birkbeck de Londres.
Esto es especialmente relevante, ya que los pacientes con TEA tienen dificultades para desarrollarse socialmente, lo que puede llevar a una mayor probabilidad de aislamiento y soledad, además de favorecer los trastornos de ansiedad y la depresión.
Esta investigación forma parte del proyecto Autism Innovative Medicie Studies-2-Trials (AIMS-2-TRIALS) dentro de una colaboración a nivel europeo (Longitudinal European Autism Project, LEAP). Las actividades de investigación tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas autistas a largo plazo.
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