La contribución del autismo a la historia de la humanidad

El libro ‘The Pattern Seekers’ muestra los resultados de una investigación científica realizada por Simon Baron-Cohen, director del Centro de Investigación del Autismo de la Universidad de Cambridge, y uno de los principales expertos mundiales en neurodiversidad. Autismo y sistematización.

A partir de hace 70.000 a 100.000 años, el progreso humano en la agricultura, las artes y las ciencias ha sido impulsado por individuos con altas habilidades sistemáticas. Y estos mecanismos cerebrales son, en parte, genéticos, y se superponen a los genes del autismo.

Esta no es simplemente una tesis sugerente, sino el resultado de la investigación científica realizada por Simon Baron-Cohen, director del Centro de Investigación del Autismo de la Universidad de Cambridge, y uno de los principales expertos mundiales en neurodiversidad.

Los resultados de este estudio, publicados en el libro ‘The Pattern Seekers’, ofrecen una interesante interpretación del funcionamiento del cerebro autista y sus dificultades para adaptarse a la vida social, en su mayoría basados en patrones altamente impredecibles. Mientras que el cerebro de una persona autista tiene una fuerte probabilidad de funcionar en ese mecanismo de “si-y-entonces”, que subyace a todo proceso de investigación destinado a crear siempre nuevas variantes e invenciones.

Autismo y sistematización

Muchas de las personas autistas, por lo tanto, están en las filas de los súper sistematizadores. Y no es coincidencia que acudan en masa a determinados lugares, como Silicon Valley, donde a menudo forman una familia.

Al mismo tiempo, los niños autistas tienen más posibilidades de tener padres súper sistematizadores: un estudio de 1997 realizado en 1.000 familias confirma que los padres y abuelos de niños autistas (en ese momento había muy pocas mujeres trabajadoras para ser incluidas en la muestra) tenían el doble de posibilidades de ser ingenieros y, por tanto, fuertes sistematizadores, en comparación con los padres y abuelos de niños sin diagnóstico de autismo.

Como anécdota, explica Baron-Cohen, de las 330 familias más ricas de Estados Unidos, el 8% tiene un hijo autista. Y dado que el autismo afecta al 1-2% de la población general, esto indica un aumento de cuatro veces en la tasa de autismo entre los padres que han amasado grandes fortunas. Entonces, dado que ganar dinero muchas veces proviene de un negocio, y un negocio es un sistema, en la base del éxito económico hay una mente con gran capacidad de sistematización.

No es seguro, sin embargo, que la súper sistematización implique la capacidad de producir dinero y, a veces, la propensión a los esquemas se manifiesta en campos tan estrechos como para comprometer – esta es la hipótesis aún por probar – la capacidad de aprendizaje del mundo e, incluso, el idioma.

Sin embargo, para no perder un patrimonio esencial para el progreso de la humanidad, siempre es posible ayudar a las personas con altos niveles de sistematización a través de entornos de trabajo tolerantes y espacios educativos capaces de explorar sus fortalezas.