A nivel cerebral, el autismo es diferente en niñas y niños

Según un nuevo estudio estadounidense, el autismo es diferente en niñas y niños, y la diferencia que se observa es visible en el mismo cerebro.

El autismo se define como un trastorno del neurodesarrollo: de hecho, el trastorno del espectro autista (TEA) está relacionado con disfunciones en el cerebro.

El autismo es diferente en niñas y niños

Los síntomas del autismo (que generalmente se pueden percibir a partir de los 3 años) son diferentes de un niño a otro. Suelen existir trastornos de la comunicación (lenguaje, comprensión, etc.), trastornos de la interacción social (percepción y comprensión de las emociones, relaciones sociales, etc.), así como trastornos del comportamiento (gestos estereotipados, intereses y actividades restringidas, establecimiento de rutina, etc.).

En España, según algunos cálculos, aproximadamente 450.000 personas son autistas. Los especialistas creen tradicionalmente que el trastorno del espectro autista (TEA) afecta más a los hombres que a las mujeres. Así, en EE.UU., uno de cada 42 hombres estaría afectado por el autismo, frente a una de cada 189 mujeres.

Autismo: una diferencia entre niña y niño visible en el examen de resonancia magnética

Investigadores de la Stanford University School of Medicine, de Estados Unidos, se interesaron precisamente en esta diferencia entre niñas y niños.

Los científicos, que publicaron su trabajo en el British Journal of Psychiatry, observaron los cerebros de 773 niños autista (637 niños y 136 niñas) a través de resonancias magnéticas. Descubrieron que, a nivel cerebral, el autismo se expresaba de manera diferente según el género.

En detalle, los investigadores estadounidenses observaron principalmente diferencias en las áreas del cerebro asociadas con el lenguaje, las funciones visuoespaciales (la capacidad de orientarse en el espacio y percibir el entorno) y las funciones motoras (caminar, agarrar objetos, etc.).

Los síntomas del autismo que afectan el lenguaje y las funciones motoras parecen ser más importantes, en promedio, en los niños que en las niñas.