En un entorno informado, las personas autistas pueden ser quienes son.

El 2 de abril es el Día Mundial del Autismo. Aprovechemos esto como una oportunidad para llamar la atención sobre las personas con autismo. Autismo – Lo especial.

Al escuchar sobre el autismo, muchas personas ya tienen una imagen en su mente. Un niño sentado en un rincón meciéndose de un lado a otro, posiblemente incluso golpeándose la cabeza contra la pared, o alguien que sabe de memoria la guía telefónica de principio a fin. Muchos piensan en las películas ‘Rain Man’, ‘Mercury Rising’, o en Sheldon Cooper de ‘The Big Bang Theory’.

La palabra autismo está llena de prejuicios, y las personas diagnosticadas con autismo son encasilladas rápidamente con los personajes ficticios de cine y televisión. El trastorno del espectro autista es un trastorno generalizado del desarrollo. O, para decirlo de otra manera, los cerebros de las personas autistas están conectados de manera un poco diferente.

Término genérico: Trastorno del Espectro Autista (TEA)

Se hace una distinción entre “autismo de la primera infancia”, “síndrome de Asperger” y “autismo atípico”. En la práctica, sin embargo, se está volviendo cada vez más difícil de diferenciar, ya que se diagnostican formas cada vez más leves de los trastornos individuales. Por lo tanto, el término trastorno del espectro autista (TEA) a menudo se usa hoy en día como un término genérico para todo el espectro de trastornos autistas.

Las características son particularmente evidentes en tres áreas:

  • interacción social con otros seres humanos,
  • comunicación,
  • conductas repetitivas y estereotipadas.

Sin embargo, los efectos son diferentes para los afectados.

Autismo: lo especial

Hay personas con autismo que tienen enormes fortalezas cognitivas, gran inteligencia y calificaciones sobresalientes. Sin embargo, en la vida cotidiana, desafíos como las impresiones sensoriales, las interacciones interpersonales o las señales no verbales pueden representar barreras reales.

Muchas personas con autismo tienen habilidades especiales. Algunos pueden reconocer rápidamente los mismos patrones recurrentes con grandes cantidades de datos e información. Otros tienen una gran pasión por intereses especiales (astronomía, matemáticas, arte, música…) y muestran un conocimiento profundo y detallado en ellos. Las personas tienen una conciencia intrínseca de la calidad: no buscan errores, simplemente los ven y, a menudo, tienen altos estándares de calidad.

Muchas personas autistas tienen dificultades para integrarse en nuestra sociedad. A menudo, luchan contra la frustración y el estrés. Esto puede extenderse prácticamente a lo largo de toda la vida, desde la guardería hasta a escuela, y desde la formación hasta el trabajo y la vida privada. Muchos tienen la sensación de ser de otro planeta (“síndrome del planeta equivocado”). Debido a que evitan mirar fijamente y al lenguaje corporal reservado, se los percibe como despectivos y desinteresados. La intimidación y los malentendidos son el resultado. Las dificultades para interpretar las expresiones faciales y los gestos de otras personas, a veces se malinterpretan como falta de empatía.

Una aparente frialdad de sentimientos también es un mito. La brújula moral no es diferente, a menudo más alta de lo habitual. Nuestro entorno ve a las personas con autismo como extraños y socialmente inaceptables. Muchos tienen problemas para encontrar un buen trabajo, porque no encajan en el concepto simplificado de la sociedad.

Para que las personas con trastorno del espectro autista se sientan aceptadas y comprendidas en la sociedad, se necesita más educación e información sobre el tema. En un entorno informado, las personas autistas pueden ser quienes son.

Autismo: lo especial