El tratamiento temprano de niños con trastorno autista puede cambiarlo todo

Un estudio estadounidense de 48 niños autistas muestra que, en el autismo, el tratamiento temprano de niños con trastorno autista puede cambiarlo todo. Este método mejoraría sus habilidades sociales. Y también cambiaría la forma en que funciona su cerebro.

Los resultados de un nuevo estudio estadounidense, publicado online en el Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, y realizado por el equipo de Sally Rogerrs y Geraldine Dawson, del UC Davis MIND Institute en California, muestran que la intervención temprana en los niños autistas permite un progreso real.

Un enfoque conductual

Denominado Early Start Denver Model (ESDM), este método de intervención mejoró varios aspectos en los niños autistas estudiados: mejoró el lenguaje, cociente intelectual, comportamiento adaptativo y habilidades sociales.

“Es una intervención interesante, porque es muy heterogénea. Combina un enfoque conductual con el trabajo de desarrollo y de imitación. En el autismo, el tratamiento temprano puede cambiarlo todo.”

Actividades de reconocimiento facial

En 48 niños con autismo o trastornos generalizados del desarrollo no especificados, esta intervención temprana e intensiva fue realizada por profesionales de la salud, y transmitida por los padres en el hogar. El objetivo era aumentar la motivación para relacionarse con los demás a través de actividades de reconocimiento facial de cuatro personas cercanas: padre, madre, hermano y terapeuta.

Un efecto sobre la actividad cerebral

Los resultados muestran que, con este método ESDM, a actividad cerebral de los niños autistas que participan en el estudio está más “normalizada”. Un avance real que, sin embargo, debe ponerse en perspectiva.

El estudio muestra que, cuando se detecta un niño muy temprano, es necesario intervenir. Y, cuando se interviene, funciona. Pero probablemente sea demasiado hablar de actividad cerebral normalizada.

Tras la ESDM, obtenemos una actividad del mismo tipo que la de un niño no autista, pero llevada al extremo. Es un efecto del entrenamiento. No se estandariza, no se trata, se forma, sobre un elemento específico.

Detección temprana: un límite para este método

Además, si bien este método es eficaz en los niños atendidos a una edad muy temprana, la dificultad sigue existiendo para identificar a los niños con autismo.

Muy pocos especialistas son capaces de diagnosticar a un niño autista a los 18 meses. Lo habitual es identificar a un niño en riesgo de autismo entre los 24 y los 30 meses.

Autismo: el tratamiento temprano puede cambiarlo todo