Con niveles de inteligencia muy diferentes, el autismo siempre tiene un impacto en el desarrollo de la personalidad
El término “autismo” se deriva de las palabras griegas “autos” (yo) e “ismos” (estado, lugar). El psiquiatra de niños y adolescentes Leo Kanner fue el primero en describir la forma de autismo en la primera infancia en 1943, que se conoció como el llamado síndrome de Kanner o autismo de Kanner. Veamos qué es el autismo TEA.
Aproximadamente al mismo tiempo, en 1944, el pediatra austriaco Hans Asperger informó sobre niños intelectualmente menos discapacitados con claras anomalías en el contacto social, razón por la cual este complejo de síntomas se denominó posteriormente síndrome de Asperger o autismo de Asperger.
La investigación moderna sobre el autismo deja en claro que el autismo no debe entenderse como un cuadro clínico uniforme. Por lo tanto, se cambió para hablar de trastornos del espectro autista (TEA). el término TEA incluye actualmente el autismo de la primera infancia, el autismo atípico y el síndrome de Asperger.
Síntomas del autismo
El autismo se caracteriza por trastornos profundos del desarrollo. Estos se expresan en los afectados como un trastorno innato e incurable de habilidades sociales y comunicativas muy básicas, que caracterizan a la persona como un ser que percibe y actúa socialmente. En la mayoría de los casos, se puede observar un desarrollo notable en estas áreas desde la primera infancia.
Los principales síntomas de autismo son el deterioro en:
- la comunicación,
- el control de contacto,
- el juego,
- la creatividad,
- la imaginación,
- así como a través de patrones repetitivos y uniformes de movimiento, acción e interés.
Con niveles de inteligencia muy diferentes, el autismo siempre tiene un impacto en el desarrollo de la personalidad y, por ello, es relevante en todos los ámbitos de la vida y los sistemas de referencia social a lo largo de la vida.
¿Existen otras anomalías asociadas con el autismo?
El autismo suele ir acompañado de otros síntomas psiquiátricos infantiles y adolescentes (TDAH, depresión, trastorno obsesivo compulsivo, agresión, autoagresión, etc.). también pueden influir enfermedades físicas como la epilepsia, enfermedades metabólicas o síndromes de malformaciones congénitas.
A menudo, los padres notan intuitivamente muy temprano en su desarrollo que el contacto, la comunicación y el comportamiento de juego de su hijo difieren del comportamiento de otros niños. La sensibilidad al cambio y el aumento de la irritabilidad ya pueden limitar significativamente la vida cotidiana de los niños pequeños.
Qué es el autismo
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