Sueño en los niños con TEA: las rutinas y las actividades de relajación con grandes aliadas

La dificultad para conciliar el sueño en los niños autistas, o despertarse demasiado temprano, es muy común entre las personas con TEA.

Al igual que los niños con desarrollo típico, los niños autistas pueden tener dificultades para dormir. Los escolares suelen necesitar de 10 a 11 horas de sueño por la noche. Sin embargo, muchos niños con TEA parecen necesitar menos tiempo. Es importante tener esto en cuenta, ya que acostar a un niño más temprano “para que duerma más” puede, de hecho, hacer que le resulte más difícil conciliar el sueño.

Problemas como dificultad para conciliar el sueño, permanecer dormido o despertarse demasiado temprano son comunes. Pero otros síntomas, como ronquidos, dificultad para respirar durante el sueño y / o enuresis, pueden requerir una evaluación y tratamiento más detallados por parte de un especialista en sueño.

Las actividades relajantes deben repetirse en el mismo orden todos los días

En general, lo primero que se debe evaluar es el entorno donde duerme el niño. Debido a que los niños autistas pueden ser más sensibles a los ruidos que no molestan a los demás, es necesario evaluar si cosas como el agua corriente o el ruido de la casa perturban el sueño.

Los niños con TEA también pueden experimentar problemas de sensibilidad a cosas como la textura de las sábanas y los pijamas. Es importante hablar con su hijo para comprender si estas cosas le molestan. Por ejemplo, ¿prefiere pijamas ajustados o sueltos? ¿Cubrecamas ligeros o pesados?

Otro paso importante es crear hábitos a la hora de dormir que sean cortos, predecibles y esperados. Una buena rutina, seguida por todos los responsables y cuidadores, es una gran herramienta para enseñarle a su hijo a relajarse y prepararse para la cama.

Así, la rutina debe incluir actividades de relajación, y evitar emocionantes programas de televisión o juegos electrónicos, música fuerte o luces brillantes, así como actividades como correr, saltar y juego enérgico.

Sueño en los niños autistas: las rutinas ayudan