Rain man y el mundo del autismo

Charlie, de ser un ser completamente centrado en sí mismo, cambia lentamente su atención a las emociones y al descubrimiento de reacciones que nunca imaginó tener. Uno se pregunta en cierto punto, ¿es Raymond el que está enfermo, o es su hermano?

Kim Peek es el nombre del hombre que inspiró a Barry Lavinson, para la famosa película de 1988 “Rain man – the man of the rain”, ganadora de cuatro premios Oscar en 1989 (mejor película, dirección, guión y actor principal, el implacable Dustin Hoffman).

Aunque en la película el personaje Raymond Babbit, Dustin Hoffman sufre de autismo, en realidad Peek sufrñia de macrocefalia y ausencia de cuerpo calloso, un paciente por así decirlo natural con cerebro dividido, que, precisamente por esta conexión primaria y secundaria (comisura anterior) entre los dos hemisferios cerebrales, generalmente realizada precisamente por el cuerpo calloso, había aumentado las actividades mnemotécnicas, era capaz de leer un libro en una hora y memorizar el 98% de su contenido, sabía unos 12.000 libros de memoria, además de almacenar una cantidad innumerable de información de los temas más dispares, y era capaz de hacer cálculos extremadamente complejos en mente, a pesar de no poder atarse los zapatos de forma independiente, una persona que padecía el “síndrome de Savant”.

El director conoció a Peek. Quedó muy impresionado por sus habilidades y debilidades, por su familia y su forma de vida. El resultado fue “Rain man”. Aunque puede parecer, a primera vista, que la columna vertebral de la película es Raymond, también podría decirse que el personaje clave es el hermano menor de Charlie, Tom Cruise, y su crecimiento emocional.

Charlie Babbit es un hombre de negocios al que las cosas no le van demasiado bien. Tras la muerte de su padre, descubre que toda la herencia ha quedado en manos de su hermano mayor Raymond, cuya existencia desconocía. Al llegar a la clínica psiquiátrica, descubre a un hermano autista, y lo secuestra para llevarlo a Wallbrook con la esperanza de quedarse con la mitad de la propiedad. No será así. A medida que el hermano menor comienza a aprender sobre el mayor, sus debilidades, pero también sus fenomenales habilidades mnemotécnicas y de cálculo, ahora pierde los pensamientos de un personaje que Charlie de niño creía que era solo imaginario, y que, en cambio, era su hermano mayor, que le cantaba canciones, y ahora lo redescubre. Lo quiere, y ahora quiere su bien, se enfrenta a un crecimiento que quizás a pesar de su edad, aún no había llegado, lo trae de regreso y decide estar ahí.

Los sujetos autistas no son en el 50% de los casos capaces de comunicarse verbalmente, tienden a estar aislados, se retiran a su propio mundo imaginario, a veces hablando con personajes de ficción, son indiferentes a los estímulos emocionales, y tienen dificultad para hacer contacto visual, repiten de manera obsesiva algunas oraciones, reaccionan de una manera a veces autolesiva, a veces apráxica e hipotónica, a los cambios. Vivir estas personas lo amplifica todo, como, poco a poco, descubre el empresario Charlie Babbit.

A través de ellos, se nos lleva a reconciliarnos con nosotros mismos, a sensibilizarnos. Charlie, de ser una persona completamente centrada en sí mismo, cambia lentamente su atención a las emociones y al descubrimiento de partes y reacciones que nunca imaginó tener.

Si Raymond, lamentablemente, no puede cambiar las cosas por sí mismo… Charlie sí puede hacerlo. Se da cuenta de su condición, su falta de afecto, su tendencia a no hablar con los demás. El hambre por el éxito y los beneficios, se consideran síntomas que pueden superponerse a una patología del espectro autista, de la que, sin embargo, pueden salir aquellos que se creen normales.

Sin embargo, no debería ser necesario tener que lidiar con ciertas realidades. Tal vez bastaría con lidiar con nosotros mismos, nuestra vida y nuestra satisfacción personal de vez en cuando, y hacernos la pregunta fundamental: “¡Soy feliz?”

Sin embargo, si somos incapaces de hacernos tales preguntas, obras maestras como esta son bienvenidas, obras profundas que nos tocan el alma.

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